sábado, 24 de diciembre de 2011

Aspectos importantes en la evolución del tenista juvenil


Aspectos importantes en la evolución del tenista juvenil
Por... David Steck

El desarrollo de una carrera deportiva para un/a tenista joven se compone de muchos factores complejos. En este artículo mencionaremos algunos aspectos que repercuten directamente sobre la evolución deportiva y pueden ser de diferente índole:

Organización y Administración de Recursos

La elección de una carrera deportiva debe hacerse con énfasis en el futuro atleta. Cuando se presenten ganancias económicas en una fase temprana de la carrera, debe cuidarse la administración de fortuna transparente frente al beneficiario (atleta) por parte de tutores, entrenadores, patrocinadores y autoridades. Así, el tenista podrá concentrarse de lleno al desarrollo de su carrera deportiva sin necesidad de encarar problemas del pasado en un periodo posterior de su carrera.

Comunicación en el Manejo de Situaciones Problemáticas

Para el desarrollo idóneo del entrenamiento se requiere de un buen entendimiento entre los participantes (entrenador-jugador-tutores). Idealmente cada uno tiene su ubicación en el proyecto:

-El jugador cumple con las instrucciones de entrenadores en el plano deportivo, así como de los tutores en apoyo y como guía en su vida.
-El entrenador tiene a su cargo el desarrollo deportivo y de formación por el movimiento.
-Los tutores se encargan de formar, llevar, apoyar y guiar al deportista durante las primeras fases de su vida.

De esta manera las funciones de padres y cuerpo técnico aparecen claramente definidos. Aún así existen muchas áreas que son de la competencia de ambas partes y que deben ser llevados con mucho tacto y comunicación. Aquí se mencionaran algunos casos:

-Los excesos de entusiasmo de los padres los llevan a inmiscuirse de manera inoportuna e indebida en las consignas e instrucciones durante entrenamientos y partidos, creando una situación de confusión entre jugador y entrenador.

-Al establecer una relación de trabajo entre entrenador-jugador-tutores, el entrenador recibe la confianza total. Hará todo lo que esté en su poder para optimizar el nivel del/a deportista. En un momento inoportuno de la formación deportiva los tutores se manifiestan en desacuerdo con medidas y métodos de entrenamiento, rompiendo vínculos con el entrenador (1). Ejemplos frecuentes:

-Pérdida de respeto hacia el especialista en preparación deportiva (entrenador, Preparador físico, etc.) y por consecuencia pérdida del trato profesional.

-El tenista empieza a desarrollar tendencias marcadas de negligencia y faltas de disciplina - rendimiento en sus rutinas de entrenamiento. Los tutores se alinean con el tenista sin averiguar el desarrollo de los hechos, provocando una fractura en la continuidad requerida para una dinámica sana de desarrollo.

-Tenista y/o padres deciden interrumpir la relación profesional debido a dificultades de comunicaciones relacionados con las explicaciones, metodología y consignas de entrenamiento (2).

Soluciones

La formación de jóvenes es una tarea difícil y compleja que requiere de buen sentido, pedagogía y conocimientos. Es recomendable buscar capacitación para estar a la altura de la educación en las etapas difíciles de la infancia y adolescencia del ser humano. En un principio los responsables de la formación del deportista de alto rendimiento enfrentan juntos la misma problemática que viven todos los jóvenes y adolescentes. El asunto se torna más difícil en el caso de los futuros deportistas de elite, porque los tutores tienen que disponer de suficientes conocimientos para entender las nociones básicas de pedagogía, técnica, nutrición, stress, motivación etc.

El desarrollo de los temas desarrollados aquí lleva a considerar la inclusión de un programa de capacitación continua para los padres o tutores de deportistas de alto rendimiento como parte fundamental de cualquier programa de fomento al deporte. La idea no es nueva y ha sido planteada por varios autores desde diferentes puntos de vista (3). A manera de conclusión citaremos a la Federación Europea de Psicología del Deporte, quién en un ensayo (4), sugiere que los padres de deportistas de alto rendimiento sean incluidos como parte integral del equipo de apoyo al atleta, recomendando proporcionar educación y conocimientos sobre las necesidades y el desarrollo de los niños deportistas, para adultos involucrados en el deporte a nivel infantil/juvenil.

Notas

(1) Richard Schoenborn, “Competitive Tennis for Young Players”,Aachen, 2002, Meyer &Meyer Verlag.
Pag. 127, “…solamente un experto profesional (coach) debe encargarse de decidir coordinar, planificar y llevar la responsabilidad…(del desarrollo del jugador)…Aunque puede y debe tener a su lado colaboradores (en trabajo de equipo), las decisiones están a su cargo. Durante las etapas de la infancia y adolescencia, serán cuando mucho tres entrenadores sucesivamente, los que lleven el desarrollo del jugador…”

(2) El entrenador certificado debe saber explicar conceptos teóricos. La comunicación entre partes involucradas es de suma importancia: los términos y conceptos manejados por el entrenador deben ser manejados con suficiente transparencia para fomentar la comprensión. Así mismo las consignas y metodología pueden ser explicadas en términos sencillos y accesibles para los alumnos y padres.

Las 10 características conductuales de los mejores juniors


  LAS 10 CARACTERÍSTICAS CONDUCTUALES DE LOS MEJORES JUNIORS

Los jóvenes que alcanzan altos rendimientos en el tenis, comparten frecuentemente características de personalidad comunes:
1.-  VISIÓN: Cada jugador necesita una razón para entrenar, fijar sus objetivos y así poder superar las dificultades y retos que encontrará en el camino. Los jugadores jóvenes necesitan crear aspiraciones realistas. Los jugadores con una visión positiva del futuro pueden luchar con cualquier problema en el presente.
2.-  PERSPECTIVA A LARGO PLAZO: Los jugadores juniors necesitan saber que el progreso en el tenis es un desafío a largo plazo. Los jugadores juniors de éxito han aprendido que el progreso firme y constante son el mejor camino hacia el triunfo en la competición.
3.-  ORIENTACIÓN HACIA LA ACCIÓN: Hay muchos jugadores jóvenes con talento por todo el mundo, aquellos que se comprometan con ellos mismos a trabajar duro y a convertir el entrenamiento en algo prioritario en sus vidas, serán los de mayores probabilidades de éxito. Los ganadores en el tenis son los muy organizados, los muy centrados y los muy comprometidos con lo que hay que hacer. Recuerden que para desarrollar el talento, hay que tener motivación y autodisciplina.
4.-  INDEPENDENCIA: Las Características del tenis lo convierten en un deporte individual. Los atletas que triunfan se describen como trabajadores, resuelven problemas y son independientes.
5.-  ATENCIÓN AL DETALLE: Una fina línea separa a muchos juniors con talento de los que finalmente se convierten en profesionales, y esto se produce a menudo fuera de la cancha (entorno). Los jugadores necesitan saber que el éxito en el tenis de competencia depende de una serie de variables, y que la preparación y la atención al detalle son decisivas para llegar a controlar el entorno y desarrollar la confianza
6.-  RESPONSABILIDAD: El jugador es quién entra a la cancha a jugar, y por esta razón debe aceptar lo que pase dentro de ella. No se puede culpar a otros de las derrotas. Los que buscan excusas pierden innumerables oportunidades de aprender, mejorar y crecer. Los grandes atletas comprenden que su futuro está en sus propias manos, han aprendido a confiar en sí mismo y están dispuesto a afrontar los desafíos.
7.-  ACERCAMIENTO POSITIVO A LA COMPETENCIA: El tenis de competencia es muy estresante y mentalmente exigente. Para mantener el progreso es importante que los jugadores vean la competencia como un escalón, un reto y una oportunidad de mejorar. La competencia es la mejor manera para los jugadores de controlar su progreso.
8.-  DUREZA: Es la habilidad para hacer frente al fracaso, para salir adelante y para recuperarse de las derrotas. Los ganadores no abandonan y los que abandonan no ganan.
9.-  CONFIANZA: Los jugadores con confianza sienten menos estrés en la competencia, tienen más posibilidades de afrontar los retos y los riesgos, y adoptan una actitud positiva ante el entrenamiento y el partido. El tipo de confianza que exhiben está relacionada con el rendimiento, se concentran y creen que las habilidades aprendidas en el entrenamiento se pueden aplicar en los partidos.
10.- PERSPECTIVA: Los jugadores juniors deben saber sobre el resto de las cosas que hay fuera del tenis. Tienen suerte de ser jóvenes, estar sanos y en forma. Nunca deberían olvidar que son afortunados en estar en este lugar. La vida es un regalo, el talento es un bonus y la competición un privilegio

Extracto de los libros de ITF.




martes, 18 de octubre de 2011

Sobreentrenado o mal entrenado?


El sobreentrenamiento es un tema “ríspido” en el ámbito deportivo. No hay deportista alguno que no haya escuchado hablar sobre ello. Ahora bien, la pregunta que le surge a los entrenadores es si “realmente sabemos lo que implica estar sobreentrenado”. Antes de evaluar si un deportista está sobreentrenado, debemos saber qué es un entrenamiento.
En primer lugar deberíamos definir la palabra “entrenamiento”. Este es un proceso planificado a largo plazo que tiene como objetivo producir las adaptaciones necesarias para lograr el máximo rendimiento deportivo.
Si tuviéramos que explicar en detalle esta definición, en la primera palabra en la que debiéramos detenernos es “PLANIFICADO”. Y es que el entrenamiento no es la suma de cargas o estímulos azarosos o aleatorios que se modifican según las ganas del día, el clima o el estado anímico del entrenador o del deportista. ¡Todo lo contrario! Planificar es definir anticipadamente QUÉ se va a hacer, CUÁNDO se va a hacer y CÓMO se va a hacer.
Esta característica de anticipación es inherente a toda planificación. Si bien deseo aclarar que toda planificación debe tener un margen de flexibilidad, estas modificaciones que puedan llegar a plantearse deben tener también un asidero cientifico,metodologio y coherente con todo el proceso que se esta llevando a cabo.
En segundo lugar, deberíamos remarcar el hecho de que es “a LARGO PLAZO”. Ninguna de las modificaciones de las capacidades motoras se dan de manera mágica y espontánea de un DIA para el otro, de una semana para la otro y ni siquiera de un mes para el otro. El producir adaptaciones ESTABLES Y DURADERAS en el plano de las capacidades motoras exige sí o sí determinados tiempos “biológicos y metabólicos” que son innegociables.
Por ultimo deberíamos remarcar el hecho de que lo que buscamos con el entrenamiento son ADAPTACIONES para el máximo rendimiento. Y cuando hablamos de adaptaciones podemos usar como sinónimo MODIFICACIONES (ya sea a nivel metabolico,enzimatico,anatomo-fisiológicos) que permitan al deportistas llegar con la máxima forma de estado a la competencia determinada como objetivo principal dentro de este proceso de adaptación habrá momentos en que también incluso, debamos rendir menos para luego rendir mas……
Dicho todo esto…..deseo dejar planteada la pregunta : Cuando escuchamos a un deportista decir que “esta sobreentrenado”, ¿realmente será eso? ¿No cabe la posibilidad de que este “mal entrenado” antes de estar sobreentrenado?
SOBREENTRENAMIENTO
Se entiende por SOBRE ENTRENAMIENTO un estado patológico en el que ingresa el organismo, luego de ser sometido a largos periodos de cargas excesivas con recuperaciones  inadecuadas. Este estado patológico se caracteriza por una MARCADA caída del rendimiento.
Y quisiera detenerme acá para explicar la diferencia entre el SOBRE ENTRENAMIENTO conocido como OVERTRAINING SÍNDROME y el OVER-REACHING.
EL overtraining es entrenamiento pesado SIN recuperación adecuada mientras que el OVER-REACHING es entrenamiento pesado CON recuperación adecuada.
Partiendo de la base que cualquier sesión de entrenamiento (sea de la intensidad que sea) provoca un estado de fatiga (de mayor o menor dimensión según la intensidad de la carga), este estado de fatiga NO debe confundirse con el sobreentrenamiento.,
Y voy a dar un ejemplo real que me sucedió con un maratonista preparándonos para la pasada maratón de Rosario. Este deportista venía entrenando y mejorando sus tiempos sostenidamente entre la semana -10 y la -4 a la maratón. En la semana -3 (es decir faltando 21 días) decido hacer la ultima semana de choque con un volumen semanal que no habíamos frecuentado anteriormente. Le explique que se iba a sentir mal, cansado y que los tiempos no iban a salir por 10 a 15 días, pero que en la ultima semana debería comenzar a sentir la mejoría en su performance.
Por suerte esta fue una historia con final feliz, porque con “Javi” íbamos a Rosario a buscar la marca para clasificar para los 42K de Boston del próximo año (que de hecho salió!).
El tema es que en la anteúltima semana y en una sesión fraccionada de 3 x 6km donde le pedía determinados ritmos a cumplir, Javi “explotó”, a punto tal que en el segundo de 6km al verse imposibilitado de sostener el pase de mil que le había pedido, abandono la pauta de la intensidad y se dedico a trotar suave completando los kilómetros.
Grande era su preocupación reflejada en su rostro cuando venia a los entrenamientos de control y hasta llego a mandarme un mail diciéndome “lo conseguiste, estoy muerto”, a lo que yo le respondí lo que le respondo a todos mis deportistas en estas situaciones “NO TE OLVIDES QUE YO ESTOY DE TU LADO”.
Pasaron los días, y con la recuperación y la alimentación adecuada comenzó a sentirse mejor. El último trabajo de calidad que hicimos en la pista 7 días antes de la maratón y salió bien (es decir, volvió a los tiempos que estábamos haciendo). Sin embargo el sentía que “le costó” aunque los tiempos salieron.
En mi rol de entrenadora, tratando de transmitirle tranquilidad, le dije aun faltan 7 días, vas a llegar bien.
Fin de la historia: su mejor marca histórica en maratón había sido 3h30 en Rosario 2009, y para clasificar para Boston en su categoría por edad debíamos hacer 3h10. Javi cruzó la meta en 3h08. Es decir que se ganó el pasaje a Boston para abril 2011.
Lo que quiero dejar en claro con este ejemplo es que “cualquier deportista” que no sepa de los periodos de carga y recuperación, que no sepa de conceptos tales como microciclos de choque, de aproximación, estabilizadores, o que ignore por completo lo que es un síndrome de supercompensación (cómo fue lo que sucedió en este caso puntual) podría confundir este estado de cansancio con sobreentrenamiento.
Y cuando esto sucede con algún deportista nuevito mío, que ante el primer cimbronazo de fatiga grande se asusta y me pregunta “no estaré sobreentrenado?”, suelo responderle irónicamente: “Para estar sobreentrenado primero tenés que entrenar en serio”, y luego le explico que no cualquier deportista corre el riesgo de sobre entrenarse.
Un amateur puede estar MAL ENTRENADO, pero gracias a la biología y a la fisiología de su organismo su cuerpo le envía señales de alarma MUCHO antes de poder incurrir en un estado de sobre entrenamiento.
Es que un amateur, en primer lugar no entrena las horas diarias suficientes como para poder decir que está sobreentrenado. Más bien diría que puede que un amateur este mal entrenado antes que sobre entrenado.
Un triatleta que entrena 20 horas semanales (promedio 3 horas por DIA) no puede sobreentrenarse. Ahora un José Meolans que entrenaba 8 horas por día, y que tiene antecedentes deportivos suficientes y la capacidad psicológica de sobreponerse a estados de fatiga severos, sí puede caer en la sombra del sobre entrenamiento.
Para estar sobre entrenado hay que entrenar mucho tiempo, muchas horas, con mucha intensidad y con recuperación inadecuada. Este es el ámbito que debe presentarse para que nuestro organismo caiga en un estado patológico de fatiga crónica.
SIGNOS SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO del Sobre entrenamiento
Resumiendo podremos decir que el síndrome de sobreentrenamiento se caracteriza por un estado de fatiga crónica y la caída marcada en el rendimiento.Esta baja performance es precipitada por factores de stress debido a entrenamientos excesivos ( ya sea en cantidad como así también en calidad) y la ausencia de una recuperación adecuada.-
Este estado presenta los siguientes signos/síntomas (por mencionar los más importantes)
*Perdida de peso corporal
*Aumento de la frecuencia cardiaca basal ( en reposo)
*Aparición de lesiones ( o ser mas proclive a las mismas)
*Dificultad para conciliar el sueño o hasta insomnio
*Irritabilidad
*Depresión
*Perdida de apetito
*Inmunodepresión (ser mas proclive a contraer infecciones)
*Baja marcada en el rendimiento 
*Imposibilidad de mejorar el rendimiento aun luego de microciclos de descarga.
Como podemos apreciar…estar sobre entrenado NO ES sinónimo de estar cansado. Por el contrario hay todo un marco fisiológico de desestabilización orgánica que nos hace determinar con claridad cuando estamos ante un “Overtraining síndrome”.
Como entrenadores debemos estar muy atentos semana a semana, ante todo con los deportistas de mediano y alto rendimiento que son los que corren mayores riesgos de caer en este estado patológico.
El sobre entrenamiento no es más que un gran y marcada DESAJUSTE DE ADAPTACIÓN. Y mal que nos pese a los entrenadores y deportistas la única forma de tratarlo es con REPOSO y una READECUACIÓN del programa de entrenamiento.
No debemos olvidar que como entrenadores somos los principales responsables de preservar la carrera deportiva y la integridad (fisiológica y mental) de nuestros atletas.
Prof.Elisa Lapenta
h3osports@hotmail.com
www.h3osports.com.ar

Hay que competir?


Psicología

El día comienza con un intercambio verbal con su esposa/o en un inagotable debate sobre quién es el que da más. En la oficina, usted se pregunta si su compañero de trabajo no le robará el ascenso. Luego se sorprende al comprobar que su amigo más cercano haría cualquier cosa por ganarle un partido de tenis. Todo pasa en diferentes áreas, pero el denominador común es uno solo: la competencia.
Por todas partes, nuestra obsesión por vencer. La competencia es tan omnipresente –estudios, trabajos, juegos, relaciones- que muchos la toman como algo natural, sin advertir sus consecuencias destructivas.
Podemos definir a la competencia como “una obtención de logros mutuamente excluyentes”; o sea, mi éxito quiere tu fracaso. Nuestros destinos estarían conectados en forma negativa. Diciéndolo de otro modo: se compite cuando dos o más personas tratan de adquirir un objetivo que no puede ser alcanzado por ambos o por todos ellos.
En este juego emerge la presión del ser el número uno. Nos hemos acostumbrado a vivir con él, hemos sido enseñados no sólo para competir sino también para creer que hay un valor en la competencia.
Pero los argumentos utilizados para vender la competencia son sólo mitos. Es decir la competencia no es necesaria ni deseable. En orden de popularidad, presentamos los cuatro mitos centrales de la competencia.
MITO 1: COMPETIR ES INEVITABLE.
Nos gusta atribuir la competencia a algo que llamamos “naturaleza humana”. Esta creencia está tan difundida que ni siquiera nos preguntamos si existe una evidencia que la sustente, pero no es difícil encontrar razones para dudar que la competencia sea inevitable.
Los occidentales tendemos a creer que nuestro ímpetu por dominar a otras culturas es universal. Pero los antropólogos han confirmado que la sociedad occidental es más la excepción que la regla. Desde los esquimales de Canadá hasta los Tangu de Nueva Guinea, desde los Kibbutzim de Israel hasta los campesino mexicanos, la cooperación es más bien premiada y la competencia evitada en diferentes culturas.
En realidad, la competencia es un problema de entrenamiento social más que un aspecto innato de la personalidad. Los psicólogos Spencer Kagan y Millar Madsen, estudiando grupos de niños mexicanos y estadounidenses de siete a nueve años descubrieron que los mexicanos aprendían más rápido que los estadounidenses como cooperar en un juego experimental, mientras que estos últimos tendían a despojar a otros niños de sus juguetes con mayor frecuencia.
Gerald Sagotsky, de la Universidad de Adelphi, condujo un estudio en el que se entrenó a 118 pares de estudiantes para trabajar juntos en una variedad de tareas. Semanas más tarde, otro investigador introdujo un nuevo juego entre esos estudiantes y observó que la lección había quedado en sus memorias.
En verdad, los niños suelen expresar una fuerte preferencia por las tareas cooperativas una vez que aprenden en forma directa lo que significa trabajar o jugar en un contexto que no requiere la existencia de perdedores o ganadores.
 
MITO 2: COMPETIR NOS VUELVE MÁS PRODUCTIVOS
 
Suele pensarse que la competencia alimenta mayor productividad y un deseo de perfeccionamiento; o que sin ella la vida sería demasiado “blanda” y sin exigencias. Sin embargo, esta creencia se basa en la confusión entre competir  y tener éxito.¿Cuál método es más productivo: competir o cooperar?.
La respuesta tomará a muchos por sorpresa. David y Roger Johnson; educadores de la Universidad de Minnesota, analizaron recientemente 122 estudios de logros académicos realizados entre 1924 y 1980. En el 65% de los casos hallaron que la cooperación había promovido mayores éxitos que la competencia; sólo en un 8% hallaron lo contrario, y en el resto no descubrieron mayores diferencias.
Del mismo modo, Robert Helmreich, de la Universidad de Texas, condujo 103 test de personalidad entre los miembros de la comunidad científica y descubrió que los científicos cuyos trabajos eran citados con mayor frecuencia por sus colegas eran los científicos menos competitivos. Una tras otra diferentes investigaciones llegaron a la misma conclusión: estudiantes graduados no tienen necesariamente más éxito en sus carreras cuando éstas se transforman en guerras de competencia.
Tales resultados tienen su lógica. En primer término, tratar de hacer las cosas bien y tratar de derrotar a los demás son dos problemas diferentes, y se pierde concentración en el tema que lo preocupa. Ambos objetivos suelen empujarnos en diferentes direcciones.
           
Más allá, competir es muy estresante. La posibilidad del fracaso crea por lo menos agitación –si no genera una insoportable ansiedad. Ello interfiere con la capacidad de realizar la tarea. La competencia también obstaculiza el compartir nuestras experiencias, habilidades y recursos, al revés de los que ocurre con la cooperación. Todo esto debe conducirnos a plantear preguntas no sólo acerca de cómo estimamos –o subestimamos- a compañeros de clase o del trabajo, sino también a cuestionar el sistema de competencia que está basada nuestra estructura legal y económica.
 
MITO 3: TODO JUEGO ES COMPETITIVO
 
Es interesante observar que el modo fundamental de pasarla bien en nuestra sociedad se basa en participar o ser espectador de juegos altamente estructurados en los cuales un individuo o un equipo debe triunfar sobre otro. Atletas serios y determinados practican hasta quedar exhaustos con el solo objetivo de derrotar a sus contrincantes. Esto es lo que nuestra cultura denomina jugar.
La competitividad deportiva entre niños de edad escolar suele dejar profundas marcas de personalidad. El psicólogo deportivo Terry Orlick ha observado que tales actividades operan como una “fábrica de fracasos” entre los niños, no sólo por eliminar a los “malos”, sino también por desalentar a algunos de los “buenos”.
Las investigaciones realizadas en contexto no creativos prueban que aquellos niños no exitosos en deportes competitivos también pueden continuar con una baja performance en otras actividades y desalentarse a la primera oportunidad en que se les presenta un desafío.
Aún los más pequeños son influenciados por el mensaje de la competencia. 
Todo juego requiere la obtención de algún objetivo y la superación de algún obstáculo. En ningún lugar está escrito que el obstáculo deba ser siempre otra persona; podría ser un límite de tiempo, de espacio o cualquier otra cosa intrínseca a la tarea. De ese modo, ninguna polaridad vencedor –perdedor necesita ser restablecida a priori. Incluso podríamos disponer tareas en la que todos se esfuercen por alcanzar un objetivo, en cuyo caso los oponentes se vuelven compañeros.
 
MITO 4: COMPETIR REFUERZA EL CARÁCTER
 
Algunos defienden el combate contra los demás como una manera de hacerse más “fuertes”. Suponen que aprender a perder o ganar es un prerrequisito para endurecernos o darnos autoconfianza. Pero la mayoría de la gente intuye que las consecuencias de la lucha permanente contra los otros son generalmente insalubres. Como lo dijera el antropólogo Jules Henry, “una cultura competitiva perdura a costa de escindir a las personas que la componen”.
En gran medida competimos para reafirmar que somos capaces, valiosos, “buenos”. Lo trágico es que la competencia no refuerza la frágil autoestima que la hizo posible. El potencial de ser humillados y expuestos a vernos como seres inadecuados sigue latente en cada encuentro competitivo. Siempre es dañino tratar de vencer sobre los demás porque, en primer lugar, la mayoría de las veces todos somos perdedores.
Cuando nuestra autoestima depende del resultado de un torneo, ni siquiera vencer cada tanto sirve de ayuda. La salud psicológica implica una confianza incondicional en nosotros mismos. La victoria nunca es permanente. La euforia suele desvanecerse rápidamente y tanto vencedores como perdedores sienten que necesitan aún más, como un adicto que ha desarrollado cierta tolerancia a la droga.
Otros dos psicólogos deportivos, Thomas Tuke y Bruce Ogilvie, luego de estudiar a unos 15.000 atletas, no pudieron encontrar sustento para la creencia que los deportes refuerzan el carácter.
“La evidencia sugiere que la competencia atlética limita el crecimiento en ciertas áreas” fue su conclusión luego de estudiar depresiones, períodos de estrés y frágiles relaciones entre atletas. En cambio, “algunos jugadores con defensas firmes de carácter evitan los deportes más competitivos”. Otros estudios señalan que la competencia conduce a que busquemos fuera de nosotros mismos la evidencia de que valemos. La cooperación, por otro lado, esta ligada a la madurez emocional y una identidad personal fuerte.
Tal vez el aspecto más perturbador de la competencia sea el modo en que envenena las relaciones interpersonales. En el trabajo podemos ser punitosos con nuestros colegas, pero existe un cierto “estar en guardia”, una reserva, una parte de la identidad que permanece a la defensiva porque quizás seamos rivales en el mañana.
La competencia fisura a las familias, haciendo que la necesidad de la aprobación se vuelva una carrera, y convierte al amor en una especie de trofeo. En el campo de juego se hace difícil mantener sentimientos positivos hacia alguien que trata de hacernos perder. Y en la escuela se nos enseña a vernos mutuamente como rivales u obstáculos para el progreso individual. No debemos sorprendernos de que la hostilidad inherente en la competencia cada tanto explote como agresión directa.
También es fácil sacarnos de adentro los efectos de la rivalidad; no es suficiente eliminar la “competencia excesiva” –la fanforronería, el “hacer trampas”-, porque el problema está en el corazón de la competencia. En vez de perpetuar un arreglo que nos permita tener éxito solo a costa del fracaso de otros, debemos escoger una sesión nueva de nuestra sociedad, una visión basada en el trabajo y el juego cooperativo.
Para ello hace falta dejar de lado los mitos sobre la competencia. Recién entonces podremos ocuparnos de cambiar las instituciones que nos definen como rivales y descubrir alternativas más saludables y productivas”.
Extraído de:
EL PORTAL DE EDUCACION FISICA, deporte escolar, actividad física y salud 
http://www.maixua.com/educacion-fisica.html?name=Conteni2&pa=showpage&pid=8


A que edad deben comenzar los niños en el gimnasio?



¿A QUÉ EDAD DEBEN COMENZAR LOS NIÑOS EL GIMNASIO?



 Existe siempre ese mito de que los chicos no pueden ir al gimnasio, o que no es conveniente para su formación. Sin embargo entre los 12 y 14 años ya tienen que entrenar en el gimnasio como apoyo a lo que realizan en cancha, estamos hablando de trabajos de fuerza. Les digo más, se puede empezar a los 10 años trabajando fuerza pero con su propio peso corporal para que vayan tonificando.
La cualidad más importante para trabajar en esa edad son las coordinaciones, los equilibrios, la velocidad. Pero ya se empieza a trabajar en los 10 u 11 años la fuerza con su propio cuerpo, la tonicidad, pero no con sobrecarga de peso.
A los trece o catorce años se puede comenzar a trabajar la sobrecarga con pesos bajos y más que nada las técnicas de lo que se llama los ejercicios dinámicos, arranques, levantadas, todo eso tipo de cosas. Pero hay que tomar en cuenta el sostén de los grupos equilibradores, es decir de la zona media del cuerpo, hay que  tomar muy en cuenta para la fuerza las correcciones posturales, y hay que tener en cuenta las armonías de los grupos musculares para tener buenas posturas y buen equilibrio.
Los chicos en esas edades uno los ve jugando y ve que se desequilibran mucho, que no logran afirmarse y equilibrarse en un golpe por ejemplo. Ante una velocidad la acción de frenado es muy fuerte y todavía, a esa edad no está la tonicidad muscular para frenar, afirmarse, pega y trasladar el peso al punto de impacto. Entonces se ve un golpe que sale desarmado, porque ellos están desarmados porque, como consecuencia de su crecimiento y cambio de longitud, los grupos musculares quedan retrasados en cuanto a la fuerza de las nuevas palancas. Estas son más largas y por consecuencia por el principio de palanca física el grupo muscular tiene que fortalecerse, pero se fortalecen después de que la palanca crece. 
Primero viene el crecimiento y a posteriori viene el desarrollo hormonal para poder crecer y fortalecerse muscularmente desde el punto de vista del crecimiento. Entonces en los desplazamientos hay que trabajar la fuerza para que estén más equilibrados, más armónicos, más armados para correr.
Es muy común ver a los chicos de 13 o 14 años verlos  correr con poco equilibrio y por lo tanto no pegar firme a la bola, luego con el crecimiento van ganado tonicidad ( 16 o 17 años) y empiezan a pegarle firme a la pelota, en esa etapa se pueden hacer buenas dosificaciones en el gimnasio sin inconvenientes por ya se llegó a un crecimiento óptimo y a un desarrollo.

Por: Prof. Alberto Osete
Extraído de: http://www.tennis7.net

La natación: para seguir trabajando cuando estamos lesionados


Los dolores de espalda son algo que está a la orden del día en todos los que practican deportes, y para muchos se han convertido en un compañero de los entrenamientos, cuando no debería ser así. La natación es ideal para estos momentos en los que no podemos entrenar de forma habitual, pero es necesario seguir manteniendo un buen tono muscular. 

En la mayoría de los casos esto se debe a tener una musculatura de la espalda demasiado débil, pero cuando los dolores de espalda aparecen en muchos casos debemos dejar de entrenar, y lo ideal es no detener el proceso de entrenamiento. 
 
La natación es una de las mejores maneras de mantener una buena salud a nivel muscular, ya que como hemos comentado en anteriores ocasiones, se trata de uno de los deportes más completos y que mejores efectos tiene en el organismo. Por este motivo y por lo poco lesivo que es para nuestro cuerpo es muy recomendable su práctica sobre todo cuando estamos pasando por una lesión de espalda. Y es que sus efectos son muchos, y por ello no debemos pasarlo por algo en ningún caso. 

Ante todo debemos tener en cuenta la inocuidad del agua a la hora de realizar deporte. Se trata de un medio que no representa un problema para nuestra salud en lo que a lesiones se refiere, y es que es el mejor medio para realizar cualquier deporte que implique movilidad de las diferentes partes del cuerpo. 

Es uno de los mejores amortiguadores de impactos que existe, por lo que apenas notaremos los efectos de esos movimientos, pues el agua amortiguara el impacto, evitando cualquier riesgo de lesión por nuestra parte. Por ello la natación es uno de los ejercicios mas recomendados a la hora de practicar deporte de forma segura, y más cuando corremos el riesgo de padecer lesiones o ya la tenemos. 

Cuando ya tenemos una lesión de espalda la natación no solo evitará empeorarla, sino que además la mejorará, ya que es necesario que fortalezcamos la zona y la mantengamos activa. Para ello nadar es una buena solución por lo inocuo y por lo efectivo que es a la hora de trabajar los diferentes músculos que componen esta parte del cuerpo. 

Por ello os recomendamos la práctica de este deporte, pues además de fortalecer los músculos de manera fácil y casi sin darnos cuenta, también estaremos estirando todos los huesos, músculos y tendones que componen la espalda a causa de la postura suspendida en el agua que actúa como amortiguador. Por ello esta puede ser la mejor terapia para curar una dolencia de espalda.
Extraído y adaptado de: http://www.vitonica.com

viernes, 22 de abril de 2011

Como enfrentar a rivales que impresionan



CÓMO ENFRENTAR A RIVALES QUE IMPRESIONAN




Hay dos cosas que son muy claras en el tenis: que es un deporte con una incidencia mental determinante y que es un deporte agresivo, es decir, uno gana y otro pierde, no hay empate. Muchas veces para ganarle a un rival, debemos derrotar previamente los prejuicios en nuestra propia mente, aquellos que nos impresionan con sólo verlos en nuestra misma llave. Mirá a qué recurren aquellos que han pasado por esa experiencia.
En un G3, el torneo interno del club, o en un partido de amigos, la naturaleza del tenis mismo y de sus practicantes los lleva a tratar de ganar, y cuanto más cómodo mejor. Vencer es el objetivo de millones de tenistas, y una victoria sobre un rival mejor conceptuado es una señal evidente de evolución, confianza y sentimiento de superioridad.
Pero conseguir un triunfo así es difícil no sólo por el tenis del rival sino por nuestra propia inseguridad.

Cuando se habla con un jugador todos coinciden en que la tranquilidad es la premisa básica para llegar a una victoria inesperada. Atemorizarse por la técnica del adversario es una señal de derrota segura, aunque igualmente no alcanza con autoconvencerse de que se está tranquilo y no pasa nada.

Un profesor supo exponer el argumento muy gráfico con el que le habla a los alumnos que recién se inician: “es como tener una montaña de ladrillos. Yo gano un punto y me llevo un ladrillo, y no me quedo pensando cuando el otro me lo gana. Ya está, él se llevó el ladrillo ese, voy por el otro. El que consiga más, gana el partido”. Clarificador.

En niveles un poco más evolucionados, muchos jugadores tratan de olvidarse que hay alguien enfrente y que “su rival” es la pelota; otros le tiran toda la obligación de ganar al a priori “mejor” para sacarse la presión (lo hemos visto mucho en la Copa Davis); y otros aseguran que si el rival juega en velocidades superiores, también lo tiene que desenfocar un juego más lento y enmarañado.
En un nivel avanzado, el jugador necesita analizar con mayor raciocinio cómo enfrentar a un rival aparentemente superior. Encontrar sus puntos débiles, trabajarlos durante el partido  y sobre todo mantener la concentración.

Llegado a determinado nivel, una actitud mental positiva es muy importante, pero sin una táctica eficiente es difícil doblegar a un rival superior. Hacer el juego que a nuestro rival menos le gusta, variarlo, moverlo a fondo de cancha, tomar la iniciativa, son todos factores que pueden desequilibrar. Hay jugadores que no tienen problemas en hacer un tenis rendidor, aunque no sea el tenis más vistoso.

“Nunca entré a la cancha pensando en que no podía ganar. Cuando me tocó ganarle a rivales que estaban con mejor ranking que yo, lograba hacer mi juego en todo momento”, señala el tenista cordobés Sebastián Uriarte. “Cuando andás en los torneos sabés los puntos fuertes y débiles de todos, y además los partidos tienen desarrollo. Ni si quiera jugando con el mismo rival varias veces, salen los partidos iguales. Por ahí tenés pensada una forma de jugar y ves que no da, y terminás jugando totalmente distinto a lo que habías planeado –agrega-. Pero generalmente cuando gané buenos partidos, logré hacer mi juego bloqueando el juego del otro, y con mucha decisión”.

Los tenistas avanzados suelen sorprender además con el planteo y romper con la imagen que el rival tiene de ellos. Por ejemplo, si espera un juego de fondo, muchos buscan los puntos en la red, intentando desconcertarlo.

Cuando la diferencia suele ser mucha, los más audaces optan por “lanzarse” con mayor frecuencia, apelar a tiros ganadores exigidos, jugando el partido a todo o nada. Nada significa tener una derrota lógica, y todo es derrotar a un rival con muchos más pergaminos que uno.

Lo cierto es que no hay rivales invencibles, y que un “buen día” son los que determinan que un Soderling derrote a Nadal en Roland Garros, o un Nalbandian le gane a Federer en la final del Masters. Ellos no sintieron el pánico escénico, ni entraron derrotados a la cancha. Ellos creyeron en sí mismos, jugaron el mejor tenis y arriesgaron. Pero sobre todo mantuvieron la concentración y la confianza en el triunfo.
Algunos consejos 
1. Jugar punto por punto sin pensar en el marcador. 
Uno de los principales problemas que se tienen durante la competencia es la pérdida de enfoque. Es muy fácil dejar divagar la mente y dejarnos presionar por el marcador. 
Idealmente, un buen jugador debe de jugar todos los puntos a su máximo nivel mental y en un estado óptimo de rendimiento. El darle demasiada importancia a un punto por enfocarnos en el marcador hace que nuestro nivel de ansiedad se salga de balance y nos obligue a cometer errores.
2. Enfocarse solamente en ver la bola. 
No perder un punto por no ver la bola. Creo que no existe jugador de tenis que no haya oído esta instrucción en repetidas ocasiones. Sin embargo inclusive a niveles de alto rendimiento el no enfocarse en la bola durante el punto hasta el momento de contacto sigue siendo la mayor causa de errores en un partido. Especialmente cuando la presión aumenta. Lo primero que hace un jugador es dejar de ver la pelota enfocándose en el blanco o en el jugador contrario.
3. No pensar en nada, no analizar. 
Este es el claro ejemplo donde menos es más. Muchas veces pensamos que el usar la cabeza en la cancha y estar pensando constantemente es la manera de rendir mejor. La realidad es que la tendencia de la mayoría de los jugadores es sobre analizar. En el tenis una vez que empieza el punto se juega por instinto con base a sus habilidades automatizadas. No se tiene tiempo de pensar como se le va a pegar a la pelota o a donde se va a tirar. El jugador debe de reconocer la situación y reaccionar.
4. Disfrutar el partido celebrando los puntos que se ganan y olvidar los que se pierden. 
Es imposible disfrutar de lo que hacemos si nos estamos enfocando principalmente en lo que no nos funciona. Desgraciadamente demasiados tenistas usan esta estrategia durante el juego. Cuando pierden el punto se enojan y se critican pero cuando ganan los puntos, no le dan importancia como si fuera lo normal. Con este esquema mental toda la energía está enfocada a lo negativo y el rendimiento deja de ser óptimo. Para competir a nuestro máximo nivel es indispensable hacer de la experiencia competitiva algo muy positivo y sólo revirtiendo este esquema lo podemos lograr.
5. Enfocarse perfectamente en el punto de contacto. 
Esta estrategia es otra manera de asegurarnos de estar manteniendo la mirada en la bola durante todo el punto, especialmente durante el momento más importante que es el punto de contacto. Muchos jugadores realmente si están enfocados en la pelota durante el punto, pero justo antes del momento de contacto alzan la vista hacia donde piensan colocar el tiro o hacia el contrario para ver a donde se mueve. Este movimiento de la cabeza hace que no logren contactar la pelota en el lugar ideal y por lo tanto fallen el tiro. El trayecto más crítico para enfocarse en la bola es después del bote hasta el contacto. El enfocarse en la pelota durante este periodo de tiempo asegura un punto de contacto óptimo.

Buscando el click


11 de marzo de 2011 | Autor: Fabián
Por Fabián Núñez Seixa
Es muy normal ver a muchos jugadores con gran talento, no solo técnico sino también físico entrenando a un nivel que no da nada que envidiar a muchos jugadores que ya se están haciendo un hueco en la carrera como profesionales. ¿Qué es, o que los diferencia de los demás? ¿Cuál es ese ingrediente que les falta? En la mayoría de los casos, la diferencia la marca un pequeño (y gran)  detalle y tiene que ver con la parte emocional. En la piel de los jugadores, siempre escuchan a sus entrenadores hablarles de “hay que ser fuertes mentalmente”…y es verdad, pero hay algo antes que eso…porque mentalmente hay fortaleza en muchos de ellos, esa fuerza mental los lleva a seguir entrenando…a recuperarse ante un mal momento o torneo; y es lo que llamo “el click”. En los últimos años me he fijado en muchos jugadores, en esos que de “un día para el otro” dan el salto y hacen que rompan una nueva barrera y potencien su nivel más allá aún, de sus propios límites, o al menos los que ellos creían. Si os fijáis por ej. en Gustavo Kuerten, un jugador que estando 67 del ranking, fue capaz contra todo pronóstico, de ganar Roland Garros en el año 1997, desde luego no fue casualidad, ya que su progresión se veía venir desde unos meses atrás. Para mí el momento determinante fue su encuentro de Copa Davis entre Brasil y EEUU, su partido ante Jim Courier fue “el Click”; ese partido que aunque lo perdió en el 5º set, le dio ese empuje que necesitaba para sentir que podía estar “luchando” entre los grandes.
¡Es importante creer!, “el Click” puede darse en cualquier momento, siempre y cuando el jugador lo busque y sea capaz de sentir que ante cualquier adversidad, le puede tocar a  él. Esto normalmente suele suceder con jugadores entre 16 y 21 años dependiendo siempre de particularidades, como cultura, religión, entorno familiar, etc.… que muchas veces determinan el punto de madurez, más pronto o más tardío. Cuando nos hallamos en estos casos donde tenemos un jugador o varios jugadores que tienen este potencial y sabemos que en cualquier momento pueden dar ese “Click” nuestro deber como entrenador es,  fuera de la pista saberlos “arropar”, debemos cuidar  los mensajes subliminales o directos, esto depende de las estrategias de cada entrenador, pero sobre todo cuidar, porque desde antaño siempre nos han dicho, abuelos, tíos, amigos, entrenadores…”siempre se aprende mas con las derrotas” y es cierto, pero la información que nos dan las “derrotas” primero hay que saber valorarlas, asimilarlas y luego “descifrar” el mensaje que nos dejan, tanto a los jugadores como a los entrenadores. Pero aún así, mi punto de énfasis es saber “arropar” a los jugadores que se encuentran en este proceso, y para mi uno de los mejores momentos para que se dé el “Click” sobre todo en los jugadores de “renovación”, por la atmosfera que se vive, por el honor que da a cada jugador y por el hecho de estar o ser parte de un equipo que se dirige en concreto hacia un mismo objetivo en tan poco tiempo de concentración pero a la vez intenso y cuidando lo que llamo el “arropar” al jugador; y es la COPA DAVIS. Nadal tuvo su oportunidad en el 2004 ante EEUU en Sevilla frente a Andy Roddick y da ese “Click”…al año siguiente termina el año como nº 2 de la ATP. Que alguien  diga que ese partido no fue determinante para una progresión tan acelerada como la que tuvo en el 2005, porque nadie puede dudar del enorme talento que tiene este chaval, pero como os dije antes, el “click” acelera ese proceso, porque una vez que el jugador siente ese momento, todos esos mensajes y el trabajo que se ha hecho se plasman en un sentimiento de “PODER”, no ante el rival, sino ese poder de sentir que el límite es uno mismo; es como romper el cascarón y sentir que dentro de la pista se es capaz de dar lo mejor de uno mismo y sentirse como “iluminado”, ya no importa el resultado, sino SER  en la pista…
Muchos jugadores lo consiguen, otros no lo encuentran y otros no son capaces de verlo cuando pasa, por eso es muy importante el trabajo del entrenador sobre todo fuera de pista, para seguir avanzando es muy importante una correcta autoevaluación, valorar los hechos y comprender lo que nos quieren enseñar. La carrera profesional de un tenista es quizás de las más difíciles de todos los deportes, porque deja muy poco margen de error, y en cuanto a resultados solo vale ganar, pero para seguir avanzando es necesario aprender…sobre todo de las derrotas, ya que dependiendo de ellas y de los mensajes que nos transmiten, junto a la labor del entrenador nos prepara mucho mejor para encontrar “el click” que nos lleve a cruzar esa línea y hacer los sueños y anhelos realidad…


11 de marzo de 2011 | Autor: Fabián
Bienvenidos al blog del tenis, espero que os guste y sea no solo un lugar de visita, os propongo que sea parte de vosotros y que os sirva para seguir perfeccionando y amando este deporte. Estoy a vuestra disposicion…
Fab


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Soñar en el paredón (frontón)


BATALLANDO CONTRA LA PARED


Cuando estaba aprendiendo a jugar al tenis solía pasar bastantes horas golpeando contra una pared o frontón para practicar mis golpes. 
Aprendí rápidamente que nunca puedes derrotar a una pared. Como en las apuestas la casa siempre gana. Así que en el tenis la casa siempre es la pared, la pelota siempre regresa, he ganado a algunas maquinas de bolas porque se atascan o se quedan sin pelotas, pero nunca he logrado salir victorioso contra el muro, las paredes que he golpeado nunca se derrumbaron, los edificios que golpee nunca se agrietaron. La buena noticia de todo esto es que la pared es tu pareja 
perfecta para mejorar tu juego.

Siempre me gustaba encontrar un frontón marcado con una línea a la altura
de la red de tenis, si me encontraba una sin marcar, yo mismo marcaba la línea con una tiza. Me encantaba tener una diana. Puedes ser tan creativo como quieras contra una pared, primero, simplemente golpeaba derechas y reveses. A continuación, alternaba una derecha con un revés para ver cuanto podía aguantar de esa forma, esto puede simular los tiros cruzados que se producen en la pista. Luego alternaba golpeando de derecha dos veces y dos al revés para simular los golpes desde la línea de fondo. Como mi control estaba mejorando pude variar
las secuencias, intentaba mantener la bola entre 1 y 1.5 metros por encima de la red imaginaria, a veces para examinar mi control intentaba golpear solo unos centímetros por encima de la línea marcada en la pared. Por supuesto si aún no posees mucho control solo mantén tus golpes por encima de la red una y otra vez hasta que tu control crezca.  Para el servicio me colocaba aproximadamente 
A 12 metros, pegaba una cinta marrón en el suelo que usaba como línea de fondo.
En las voleas me colocaba cerca de la pared y empezaba a disparar para agudizar
mis reflejos. Los Globos los conseguía lanzando la pelota fuerte contra el suelo
cerca de la pared de manera que la pelota rebotase hacia arriba.

Después de mi calentamiento, comienza la diversión, ahora imagino que estoy en Wimbledon, saco desde la línea de fondo y juego los puntos contra un oponente ficticio moviendo la bola de un lado a otro del muro imaginando a mi oponente medio loco ya. Me siento bien, convencido de que estoy trabajando bien a mi rival y tras un durísimo intercambio, veo una bola corta, subo a la red (pared) donde mi oponente vuelve a luchar incansablemente pero con una volea cruzada lanzo un tiro ganador. ¡¡Juego, Set y partido para Mr. Veneziano!, desafortunadamente ahora tengo que ir a buscar la bola de mi ángulo ganador, al fondo, detrás mío.

 Como puedes ver en los peloteos largos la pared siempre gana.

Hay un ejercicio mas que se puede hacer con la pared y es uno de mis favoritos, hay que dibujar o hacer con cinta un cuadrado en la pared aproximadamente de 1x1 metro, luego hay que intentar golpear derechas y reveses en la diana que hemos dibujado, el cuadrado te dará un sitio exacto donde lanzar la bola, lo que hace mejorar bastante tu puntería.
 

Fuente : Tom Veneziano.