viernes, 22 de abril de 2011

Como enfrentar a rivales que impresionan



CÓMO ENFRENTAR A RIVALES QUE IMPRESIONAN




Hay dos cosas que son muy claras en el tenis: que es un deporte con una incidencia mental determinante y que es un deporte agresivo, es decir, uno gana y otro pierde, no hay empate. Muchas veces para ganarle a un rival, debemos derrotar previamente los prejuicios en nuestra propia mente, aquellos que nos impresionan con sólo verlos en nuestra misma llave. Mirá a qué recurren aquellos que han pasado por esa experiencia.
En un G3, el torneo interno del club, o en un partido de amigos, la naturaleza del tenis mismo y de sus practicantes los lleva a tratar de ganar, y cuanto más cómodo mejor. Vencer es el objetivo de millones de tenistas, y una victoria sobre un rival mejor conceptuado es una señal evidente de evolución, confianza y sentimiento de superioridad.
Pero conseguir un triunfo así es difícil no sólo por el tenis del rival sino por nuestra propia inseguridad.

Cuando se habla con un jugador todos coinciden en que la tranquilidad es la premisa básica para llegar a una victoria inesperada. Atemorizarse por la técnica del adversario es una señal de derrota segura, aunque igualmente no alcanza con autoconvencerse de que se está tranquilo y no pasa nada.

Un profesor supo exponer el argumento muy gráfico con el que le habla a los alumnos que recién se inician: “es como tener una montaña de ladrillos. Yo gano un punto y me llevo un ladrillo, y no me quedo pensando cuando el otro me lo gana. Ya está, él se llevó el ladrillo ese, voy por el otro. El que consiga más, gana el partido”. Clarificador.

En niveles un poco más evolucionados, muchos jugadores tratan de olvidarse que hay alguien enfrente y que “su rival” es la pelota; otros le tiran toda la obligación de ganar al a priori “mejor” para sacarse la presión (lo hemos visto mucho en la Copa Davis); y otros aseguran que si el rival juega en velocidades superiores, también lo tiene que desenfocar un juego más lento y enmarañado.
En un nivel avanzado, el jugador necesita analizar con mayor raciocinio cómo enfrentar a un rival aparentemente superior. Encontrar sus puntos débiles, trabajarlos durante el partido  y sobre todo mantener la concentración.

Llegado a determinado nivel, una actitud mental positiva es muy importante, pero sin una táctica eficiente es difícil doblegar a un rival superior. Hacer el juego que a nuestro rival menos le gusta, variarlo, moverlo a fondo de cancha, tomar la iniciativa, son todos factores que pueden desequilibrar. Hay jugadores que no tienen problemas en hacer un tenis rendidor, aunque no sea el tenis más vistoso.

“Nunca entré a la cancha pensando en que no podía ganar. Cuando me tocó ganarle a rivales que estaban con mejor ranking que yo, lograba hacer mi juego en todo momento”, señala el tenista cordobés Sebastián Uriarte. “Cuando andás en los torneos sabés los puntos fuertes y débiles de todos, y además los partidos tienen desarrollo. Ni si quiera jugando con el mismo rival varias veces, salen los partidos iguales. Por ahí tenés pensada una forma de jugar y ves que no da, y terminás jugando totalmente distinto a lo que habías planeado –agrega-. Pero generalmente cuando gané buenos partidos, logré hacer mi juego bloqueando el juego del otro, y con mucha decisión”.

Los tenistas avanzados suelen sorprender además con el planteo y romper con la imagen que el rival tiene de ellos. Por ejemplo, si espera un juego de fondo, muchos buscan los puntos en la red, intentando desconcertarlo.

Cuando la diferencia suele ser mucha, los más audaces optan por “lanzarse” con mayor frecuencia, apelar a tiros ganadores exigidos, jugando el partido a todo o nada. Nada significa tener una derrota lógica, y todo es derrotar a un rival con muchos más pergaminos que uno.

Lo cierto es que no hay rivales invencibles, y que un “buen día” son los que determinan que un Soderling derrote a Nadal en Roland Garros, o un Nalbandian le gane a Federer en la final del Masters. Ellos no sintieron el pánico escénico, ni entraron derrotados a la cancha. Ellos creyeron en sí mismos, jugaron el mejor tenis y arriesgaron. Pero sobre todo mantuvieron la concentración y la confianza en el triunfo.
Algunos consejos 
1. Jugar punto por punto sin pensar en el marcador. 
Uno de los principales problemas que se tienen durante la competencia es la pérdida de enfoque. Es muy fácil dejar divagar la mente y dejarnos presionar por el marcador. 
Idealmente, un buen jugador debe de jugar todos los puntos a su máximo nivel mental y en un estado óptimo de rendimiento. El darle demasiada importancia a un punto por enfocarnos en el marcador hace que nuestro nivel de ansiedad se salga de balance y nos obligue a cometer errores.
2. Enfocarse solamente en ver la bola. 
No perder un punto por no ver la bola. Creo que no existe jugador de tenis que no haya oído esta instrucción en repetidas ocasiones. Sin embargo inclusive a niveles de alto rendimiento el no enfocarse en la bola durante el punto hasta el momento de contacto sigue siendo la mayor causa de errores en un partido. Especialmente cuando la presión aumenta. Lo primero que hace un jugador es dejar de ver la pelota enfocándose en el blanco o en el jugador contrario.
3. No pensar en nada, no analizar. 
Este es el claro ejemplo donde menos es más. Muchas veces pensamos que el usar la cabeza en la cancha y estar pensando constantemente es la manera de rendir mejor. La realidad es que la tendencia de la mayoría de los jugadores es sobre analizar. En el tenis una vez que empieza el punto se juega por instinto con base a sus habilidades automatizadas. No se tiene tiempo de pensar como se le va a pegar a la pelota o a donde se va a tirar. El jugador debe de reconocer la situación y reaccionar.
4. Disfrutar el partido celebrando los puntos que se ganan y olvidar los que se pierden. 
Es imposible disfrutar de lo que hacemos si nos estamos enfocando principalmente en lo que no nos funciona. Desgraciadamente demasiados tenistas usan esta estrategia durante el juego. Cuando pierden el punto se enojan y se critican pero cuando ganan los puntos, no le dan importancia como si fuera lo normal. Con este esquema mental toda la energía está enfocada a lo negativo y el rendimiento deja de ser óptimo. Para competir a nuestro máximo nivel es indispensable hacer de la experiencia competitiva algo muy positivo y sólo revirtiendo este esquema lo podemos lograr.
5. Enfocarse perfectamente en el punto de contacto. 
Esta estrategia es otra manera de asegurarnos de estar manteniendo la mirada en la bola durante todo el punto, especialmente durante el momento más importante que es el punto de contacto. Muchos jugadores realmente si están enfocados en la pelota durante el punto, pero justo antes del momento de contacto alzan la vista hacia donde piensan colocar el tiro o hacia el contrario para ver a donde se mueve. Este movimiento de la cabeza hace que no logren contactar la pelota en el lugar ideal y por lo tanto fallen el tiro. El trayecto más crítico para enfocarse en la bola es después del bote hasta el contacto. El enfocarse en la pelota durante este periodo de tiempo asegura un punto de contacto óptimo.

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