En tus
entrenamientos, cuando no tratas de superarte, de ponerte nuevos retos, de
progresar, tu cuerpo y mente entran en una fase de estancamiento debido a esa
comodidad palpable, provocando con ello altas dosis de aburrimiento,
desatención en los ejercicios, y, por extraño que parezca, altas probabilidades
de lesión, puesto que al realizar con frecuencia las mismas acciones, cabe la
posibilidad de relajarse de tal manera que puedes comprometer la integridad de
tus músculos, articulaciones y huesos.
La zona de
confort en el deporte constituye el intervalo en que el deportista se siente
habituado, en cuerpo y mente, a las actividades que se dispone a ejecutar. He
de mencionar al respecto que un deportista contrastado, con un volumen de
entrenamiento diario de 3 horas, curtido en mil batallas, también puede
encontrarse en dicha zona de relax, aunque para el resto de mortales no os lo
parezca así. Por otra parte, y yéndome a la zona opuesta, para alguien
sedentario, el mero hecho de salir a caminar 3 veces a la semana, 20 minutos
por sesión, es un claro indicador de que la persona lucha por salir de su
acomodamiento. Abandonar la zona de relax no es algo que vaya implícito en el
tiempo, puedes entrenar menos minutos y variar los ejercicios, la dificultad,
la técnica, las velocidades, recuperaciones… con el fin de mejorar, innovar,
buscar nuevos retos y emociones.
Llegados a
este punto, podría poner sobre la mesa muchos ejemplos de acomodamiento de
personas en sus entrenamientos, seguro que te vienen a la cabeza algunos
ejemplos, entonces… ¿hace mal una persona yendo a caminar 3 veces por semana
con amigos, 1 hora por sesión y haciendo siempre el mismo recorrido? Obviamente
no. Su cometido de hacer algo de actividad física y relacionarse con sus
amistades está ahí y es real, su salud mejora si lo hace, y empeora si no lo
hace, eso nadie lo discute.
Juan es un
chico que veo frecuentemente en el centro deportivo al que acudo, un día,
después de haber estado observándole en numerosas sesiones, me acerqué mientras
descansaba después de una serie de press de banca a preguntarle por qué hacía
siempre los mismos ejercicios, su respuesta fue que él conoce cuales son los
mejores y más efectivos para lograr su objetivo, y que entrenando siempre en un
rango de 8-12 repeticiones lo conseguiría. En un principio no quise rebatirle
sus ideas y seguí a lo mío, eso sí, no podía dejar de pensar en ello. Al final
de la sesión, nos volvimos a encontrar en el vestuario y le dije que mejoraría
mucho si trabajase con un orden y secuenciación lógicos, si cambiara
ejercicios, de intensidades, si hiciera en sus planificaciones particiones
metódicas de carga y descarga de entrenamiento. No se puede estar siempre en la
cresta de la ola, por ello, no puedes entrenar siempre igual, si lo que buscas es
una mejora de tus capacidades y no un mantenimiento de ellas.
Pero… ¿qué
puedes esperar al salir de la zona confortable? Nuevos objetivos, mejora del
estado físico y mental, satisfacción personal, perder algún kilo más, aumentar
tu masa muscular, mejorar tu estado de salud… todos los objetivos anteriores y
lo que pretendas encontrar va a estar estrechamente ligado a quién eres y qué
quieres, para ello, lo mejor es fijarse un objetivo personal, real, alcanzable,
que te permita el acceso a él, pero que te cueste lo suficiente como para
producirte la sensación de haber conseguido algo importante. No seas demasiado
exigente y te propongas algo imposible porque tendrás continuamente la
impresión de haber fracasado, y esto, créeme, no te interesa en absoluto.
Una de las
partes del deporte que más me gusta y con la que me identifico es la salud, y
aunque es cierto que el deporte-salud en principio debería alejarse de términos
como el sufrimiento, el riesgo, el dolor u otros valores propios de la
competición, no exime el hecho de no poder exigirse un poco más en el plano
deportivo, de querer llegar más alto, más lejos, con más fuerza…
Si andas
perdido y no sabes qué hacer para salir de tu zona de confort, te invito a que
me pidas asesoramiento, verás como se abren otras puertas ante ti y haré todo
lo necesario para que no quieras cerrarlas.
Javi Madrid
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