domingo, 9 de febrero de 2014

Sal de la zona de confort




En tus entrenamientos, cuando no tratas de superarte, de ponerte nuevos retos, de progresar, tu cuerpo y mente entran en una fase de estancamiento debido a esa comodidad palpable, provocando con ello altas dosis de aburrimiento, desatención en los ejercicios, y, por extraño que parezca, altas probabilidades de lesión, puesto que al realizar con frecuencia las mismas acciones, cabe la posibilidad de relajarse de tal manera que puedes comprometer la integridad de tus músculos, articulaciones y huesos.
La zona de confort en el deporte constituye el intervalo en que el deportista se siente habituado, en cuerpo y mente, a las actividades que se dispone a ejecutar. He de mencionar al respecto que un deportista contrastado, con un volumen de entrenamiento diario de 3 horas, curtido en mil batallas, también puede encontrarse en dicha zona de relax, aunque para el resto de mortales no os lo parezca así. Por otra parte, y yéndome a la zona opuesta, para alguien sedentario, el mero hecho de salir a caminar 3 veces a la semana, 20 minutos por sesión, es un claro indicador de que la persona lucha por salir de su acomodamiento. Abandonar la zona de relax no es algo que vaya implícito en el tiempo, puedes entrenar menos minutos y variar los ejercicios, la dificultad, la técnica, las velocidades, recuperaciones… con el fin de mejorar, innovar, buscar nuevos retos y emociones.
Llegados a este punto, podría poner sobre la mesa muchos ejemplos de acomodamiento de personas en sus entrenamientos, seguro que te vienen a la cabeza algunos ejemplos, entonces… ¿hace mal una persona yendo a caminar 3 veces por semana con amigos, 1 hora por sesión y haciendo siempre el mismo recorrido? Obviamente no. Su cometido de hacer algo de actividad física y relacionarse con sus amistades está ahí y es real, su salud mejora si lo hace, y empeora si no lo hace, eso nadie lo discute.
Juan es un chico que veo frecuentemente en el centro deportivo al que acudo, un día, después de haber estado observándole en numerosas sesiones, me acerqué mientras descansaba después de una serie de press de banca a preguntarle por qué hacía siempre los mismos ejercicios, su respuesta fue que él conoce cuales son los mejores y más efectivos para lograr su objetivo, y que entrenando siempre en un rango de 8-12 repeticiones lo conseguiría. En un principio no quise rebatirle sus ideas y seguí a lo mío, eso sí, no podía dejar de pensar en ello. Al final de la sesión, nos volvimos a encontrar en el vestuario y le dije que mejoraría mucho si trabajase con un orden y secuenciación lógicos, si cambiara ejercicios, de intensidades, si hiciera en sus planificaciones particiones metódicas de carga y descarga de entrenamiento. No se puede estar siempre en la cresta de la ola, por ello, no puedes entrenar siempre igual, si lo que buscas es una mejora de tus capacidades y no un mantenimiento de ellas.
Pero… ¿qué puedes esperar al salir de la zona confortable? Nuevos objetivos, mejora del estado físico y mental, satisfacción personal, perder algún kilo más, aumentar tu masa muscular, mejorar tu estado de salud… todos los objetivos anteriores y lo que pretendas encontrar va a estar estrechamente ligado a quién eres y qué quieres, para ello, lo mejor es fijarse un objetivo personal, real, alcanzable, que te permita el acceso a él, pero que te cueste lo suficiente como para producirte la sensación de haber conseguido algo importante. No seas demasiado exigente y te propongas algo imposible porque tendrás continuamente la impresión de haber fracasado, y esto, créeme, no te interesa en absoluto.
Una de las partes del deporte que más me gusta y con la que me identifico es la salud, y aunque es cierto que el deporte-salud en principio debería alejarse de términos como el sufrimiento, el riesgo, el dolor u otros valores propios de la competición, no exime el hecho de no poder exigirse un poco más en el plano deportivo, de querer llegar más alto, más lejos, con más fuerza…
Si andas perdido y no sabes qué hacer para salir de tu zona de confort, te invito a que me pidas asesoramiento, verás como se abren otras puertas ante ti y haré todo lo necesario para que no quieras cerrarlas.
Javi Madrid

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