sábado, 18 de julio de 2015

Trabajar valores antes que resultados entre los más pequeños

Trabajar valores antes que resultados entre los más pequeños

Martín Rocca es responsable de tenis base en el Club de Tenis Tarragona. Ha puesto en el último año algunos proyectos que han tenido mucha repercusión como ‘We Love Mini’, con la idea de mostrar cómo se entrena con los más pequeños a lo largo de todo el mundo, o un viaje solidario a Uganda donde ha trabajado con el tenis como hilo conductor en comunidades desfavorecidas. Rocca escribe en esta columna sobre el papel que juegan los entrenadores en el entreno de valores entre los niños.


Me preguntaba hace unos días mientras miraba un torneo de Benjamines (8-10años) si realmente los entrenadores nos estamos ocupando por trabajar ciertos valores en la formación de pequeños jugadores o si simplemente estamos preocupados por sacar resultados en las competiciones que involucran a los niños de nuestras Escuelas.

Todos sabemos que estamos en un mundillo competitivo en el cual es muy fácil caer en facilismos: Tengo un equipo, juegan los mejores. Fin de la discusión. Es realmente ¿es así cómo debe ser? Sobre todo cuando se trata de pequeños en edades formativas? Doy un ejemplo gráfico: ¿Si en mi equipo tengo un jugador que es bueno pero su conducta es reprochable, una y otra vez comete faltas disciplinarias graves, debo ponerlo en el equipo igualmente? Uno de sus compañeros no es tan bueno pero en cada entreno se deja la vida, es amable y jamas actúa de manera desafortunada. ¿A quien deberia hacer jugar? ¿Qué debo buscar? ¿Formación o Resultado?

Volviendo al torneo de Benjamines, vi mucha camaraderia, mucha inocencia, pero tambien gestos que no deberiamos permitir. Arrojar raquetas, contestar mal a un entrenador, pasar las pelotas al rival de mala
manera; estas cosas no debemos dejarlas pasar. Muchas veces se escucha la frase: Si, este chico tiene mal carácter, se le va la cabeza, etc. Pero esos chicos son infaltables en los torneos, están siempre presentes en las competiciones por equipos lo cual personalmente me deja un sabor amargo.


No soy partidario de castigar a un chico, pero un llamado de atención, el no convocarlo a jugar con sus compañeros y una charla explicándole los motivos por los cuales no se cuenta con él en ese momento, quizás sean más efectivos que hacerlo jugar y dejar que su inconducta marque el camino de la competición. Valores, desde lo mas simple, como entrar a una pista y saludar al entrenador, como tomar cada sesión de entreno con la seriedad que merece, saber como hablar con un rival si hay alguna duda en un lance del partido. Muchas cosas, pequeñas quizás, pero acumulativas, significativas, que ayudan a formar un jugador al que podamos enseñar y disfrutar en lugar de soportarlo y rogar al cielo que no haga una escena trágica en su próximo partido.

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