CALENTANDO A UN CAMPEÓN
¡Hola!
Soy Duck Hee Lee, tengo 17 años y soy de Corea
del Sur. A los 14 años conseguí mi primer punto
ATP y conseguí ser el jugador más joven del mundo en tener
ránking. Nací sordo pero siempre escuchando a mi corazón estoy
cumpliendo el sueño de ser tenista.
Estuve
en Wimbledon jugando el cuadro de junior. Perdí en tercera ronda pero me
llevo una experiencia que la quiero contar en Planeta Tenis.
Entrené con Novak Djokovic dos días consecutivos y voy a
contar cómo fue esa bonita experiencia.
El
primer día solo entrenamos media hora, de 10:30 a 11:00 porque Djokovic
tenía que completar el quinto set del partido atrasado con Kevin Anderson.
Le dije: “Gracias por entrenar conmigo” y él me miró y me contestó: “Gracias
a ti por venir”, mientras se ataba las zapatillas para comenzar a entrenar.
Trajo
solo dos raquetas recién encordadas y 9 pelotas nuevas para entrenar. Empezamos
desde media pista y poco a poco fuimos yendo hacia atrás. Djokovic antes
había entrado en calor en el gimnasio con su preparador físico y también
realizó estiramientos a las 10:00.
Después
de pasar unas 20 pelotas, decidió cambiar y jugar con nuevas. Las pelotas
siempre las tira Boris Becker. Djokovic estaba muy serio y
concentrado porque se jugaba el pase a cuartos de final en un solo set.
Tuve
el privilegio de entrenar con Nadal en varias ocasiones y la verdad es
que Djokovic entrena a un ritmo alto pero no tanto como Rafa que
tiene una mayor intensidad desde el primer tiro. Cuando Nole falla
hace una rutina de unos 10 segundos antes de que Boris tire la siguiente
pelota que consiste en mirar hacia abajo, callarse y concentrarse para la
siguiente pelota.
Después
de unos 10 minutos calentando, cambiamos de lado y él también cambia de raqueta
para seguir jugando con la misma tensión. Djokovic sube a la red y me volea
todo profundo. Subo yo y a la que él puede no lo duda y me tira passing shots.
Finalmente,
termina su rutina de calentamiento con el saque. Su ritual indica que nadie
se tiene que mover hasta que no acaba mi resto. Le molesta que haya movimiento
en la pista así que están todos quietos y él se toma su tiempo para servir.
Saca siempre igual. En el lado del ‘deuce’ hace: primero a la ’T’, después
cuerpo y termina con abierto. En el de la ventaja, primero abierto, luego
cuerpo y termina en la ’T’.
En mi
turno de saque me pide que realice lo mismo. Tengo que sacar como él y si no se
siente a gusto, te dice que le tires una más en la dirección que necesita.
Termina
la experiencia, no damos la mano con él y con su equipo y nos deseamos suerte
mutuamente. Al salir de la pista, entraba Kevin Anderson que me
pidió si podía calentar con él. Le tuve que decir que no, que lo sentía
pero que tenía partido y tenía que mirar por mis objetivos.
Yo
sigo mi rutina. Me voy a la ducha, a comer y antes de ir a disputar mi partido,
mi entrenador, José López, me dice que Djokovic, que acababa de
ganarle a Anderson el set que les quedaba por jugar, quiere volver a
entrenar conmigo mañana.
Me
dio fuerzas para afrontar mi partido de segunda ronda que terminé ganando 6-7,
7-6 y 9-7 salvando 3 bolas de partido en contra.
Boris nos pidió calentar a las
11 y tuvimos que hacer unos cambios en nuestra agenda pero valió la pena. Entra
a la pista Djokovic junto a Becker, se dirigen a mí y me
felicitan por mi victoria. “Sé que hoy has cambiado tu hora de calentar para
estar conmigo. Te lo agradezco y el placer es mío. Eres un chico que inspira a
mucha gente a seguir y admiro que digas que no es un hándicap negativo ser
sordo y expliques que te puedes concentrar mucho mejor. Esa es la clave”,
me dijo.
Hicimos el mismo ritual
del día anterior y desde la primera pelota se puso su máscara seria para estar
100% concentrado a la hora de trabajar. Nos deseamos mutuamente suerte para los
partidos y nos dijimos nos veríamos pronto y que seguiríamos en contacto.
Yo perdí y él ganó pero me
llevo una gran experiencia. Lo que he sacado en claro es que tengo que seguir
trabajando físicamente, tenísticamente y mentalmente. Aún me queda mucho por
trabajar para llegar a ser como Nole, un absoluto número uno.
Duck
Hee Lee.
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