¿Cómo
enfrentar la derrota?
La
derrota es justamente lo que cualquier deportista desea evitar, pero que
irremediablemente le toca enfrentar en varias oportunidades. Incluso hasta el
mismo Djokovic, de vez en cuando debe experimentar esta “desagradable”
situación.
En
la competencia, la meta principal es ganar. También sabemos que es algo
a lo que se puede acceder de diversas maneras, por ejemplo puede suceder que
quede una sensación de que fue merecido y otras veces no tanto. Sin embargo a
la hora de evaluar un buen desempeño lo que suele tenerse en cuenta es el resultado
del partido. Además, esto produce un aumento de la autoestima y el reconocimiento
de los demás
Ahora
bien, se observa frecuentemente que es tanto lo que se espera ganar un
partido, es de tal magnitud este fin, que trae aparejado como consecuencia
olvidarse de la posibilidad de la derrota y si eso ocurre se genera una
herida tal en el narcisismo que lleva a dudar de la propia habilidad y autoconfianza.
Esto se potencia aun más si el rival es en apariencia de inferior nivel, ya que
el triunfo lo teníamos asegurados de antemano.
Es
como si hiciéramos de cuenta que sólo cabe el éxito y se olvidara de
algo tan básico como esto: el tenis es un deporte que a diferencia de otros se
mide por resultados y no por tiempo, siempre hay uno que gana y otro que
pierde, no admite el empate y por lo tanto a un mismo nivel habría un 50% de
probabilidades de caer en una derrota. Dependerá entonces de las
habilidades que uno pueda desempeñar en el partido para que la balanza se
incline de uno u otro lado.
En
los chicos es mas difícil aún, si pensamos en el alto rendimiento
sabemos que comienzan desde muy pequeños a competir y seguramente sus primeras
experiencias suelen ser las más duras. Se requiere mucha personalidad para
poder manejar las presiones tanto internas como externas. Los primeros partidos
suelen ser generadores de gran ansiedad y a eso se le suma la presión
de los padres y entrenadores.
Hay
un koan zen que dice: Es fácil ganar o perder, pero no es fácil ni ganar ni
perder.
La
pregunta sería si en la práctica de este deporte vamos a hacerle lugar a la derrota
como una posibilidad que se puede dar y aprovecharla para sacar algo de
ella ó simplemente la consideraremos como un fracaso con el sabor amargo que
conlleva.
El
objetivo más bien debiera apuntar a enfrentar la derrota con altura,
aceptándola y utilizándola como una experiencia útil, de la cual se
puede aprender tal vez más que de un triunfo, pensándola como parte de un
aprendizaje que sin duda acompaña al crecimiento del jugador desarrollando
aspectos positivos de su personalidad.
Sería
interesante trabajar para poder subvertir ese proceso mental que nos focaliza
únicamente en la fórmula ganar=éxito y pescar así el detalle que se nos
escapa: Para ganar es necesario primero saber atravesar la pérdida.
Prof.
Sebastián Ortiz
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