jueves, 26 de diciembre de 2013

El trabajo como valor en el desarrollo de la fuerza mental



VICENTE CUAIRÁN | TENNIS MIND INSTITUTE

Tendemos a idealizar a nuestros héroes tenísticos (Nadal, Federer, Ferrer, Murray, etc) con la creencia de que es su talento el que les lleva a la gloria. Les vemos levantar la copa y pensamos que están ahí porque han sido tocados por la varita de un "Dios" que les ha concedido el talento suficiente para poder estar ahí.

Y de alguna manera es lógico que lo pensemos, al fin y al cabo solo vemos lo que hacen durante el juego. Únicamente vemos el desempeño de su partido; Esos passhings increíbles, esos ángulos imposibles, ese spin, ese peso de bola, esos servicios a 200 km/h... etc.

Lo que no sabemos es que lo que se desarrolla durante el partido es solo la punta de iceberg. Todo lo demás, el 90% queda oculto. Fuera del ojo curioso de las cámaras de televisión. Ignoramos todas las miles de horas que trabaja cada uno de nuestros ídolos para poder ejecutar ese golpe durante el partido. El sudor que supone aprender a hacerlo. Los sacrificios, las renuncias, los esfuerzos.

Hay estudios que dicen que cada golpe increíble de un jugador supone 30.000 ejecuciones previas (trabajo), miles de horas en pista y trabajo, trabajo y más trabajo.

La clave del éxito reside en el talento. Salvo en lo que se refiere al talento natural, el talento deportivo no es un don divino que los caprichosos genes de mis padres se han encargado de programar para mi. Es evidente que el talento natural de Isner en relación a la estatura de Ferrer le va a permitir sacar más fuerte. Y, hoy en día, no se puede entrenar para crecer 30 centímetros. Pero la disciplina, la entrega, la perseverancia, la autoestima, el optimismo o el trabajo duro no son talentos genéticos, son talentos adquiridos (aprendidos),

La fórmula del éxito tiene 3 componentes: Trabajo de calidad, entrega, disciplina y optimismo.

Esta fórmula la tienes que acompañar de otros tres ingredientes más: Confianza (creer en ti y en tu propósito), Autoestima (querer y respetarte también cuando fallas o estás en un momento malo) y Optimismo (interpretar las situaciones de tal manera que te permitan aprender de la situación actual para crecer en el futuro)

Trabajar por trabajar tampoco es la solución. Necesitas trabajar con calidad. Si tu objetivo es clavar un clavo y te pasas 8 horas dando martillazos alrededor de el, podrás decir que has trabajado mucho pero manera ineficaz.

Busca un entorno de calidad que te ayude a identificar que parte de tu trabajo necesitas mejorar y que parte puedes potenciar. Solo de esa manera conseguirás optimizar tu trabajo y tu rendimiento futuro.

Y recuerda que nadie vende Ferraris a precio de 600. Paga lo que vale aquello que quieres conseguir.

Ese camino siempre es más duro pero te aseguro que es el único que merece la pena y que te lleva a la cima.


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