Algunas veces te encuentras con jóvenes tenistas que por la
tensión, el nerviosismo o la ansiedad precompetitiva tienen problemas para
comer antes de los partidos de una competición determinada.
Realmente nunca un partido de tenis es tan
importante como para generar tal tensión, pero en las primeras competiciones
muchos jóvenes tenistas le dan más importancia de la que tiene al resultado.
El tenis como juego que es, genera
nerviosismo, ya que el resultado de la acción es impredecible, nunca sabes cuál
será la consecuencia de la acción que vas a ejecutar: puedes acertar, como
puedes fallar, puede que ese día no te entre la derecha, que no entre el primer
servicio o que tu rival tenga un día acertado; por lo que es normal, que
siempre antes de un partido tengas incertidumbre ante el resultado del mismo y eso
pueda afectar a tu apetito debido a la ansiedad precompetitiva.
Generalmente se evita teniendo unas buenas
rutinas competitivas, comer entre 2 y 4 horas antes del partido, tomar alguna
barrita después del calentamiento y beber regularmente antes del encuentro.
Debemos tener muy claro, que se entrena muchas horas y no se pueden “tirar por
la borda” por algo que no cuesta nada, nutrirse correctamente. Debemos tener
claro desde las primeras edades que una semana de competición, un día de
competición no sólo es el partido o los partidos si se dobla, es como me
alimento, como descanso, como caliento, como estiro, como me ducho, todo va a
ayudar para conseguir estar más confiado en la pista.
Algunas veces es llamativo cuando viajas la
poca cantidad de alimento que toman algunos niños, lo que evidentemente
afectará a su rendimiento, si no tengo la energía suficiente, no podré pensar
correctamente en la pista, lo que es más evidente es que no podré llegar a la
pelota y no podré soportar largos intercambios durante las diferentes fases del
juego; pero no olvidemos que la falta de glucosa en nuestro organismo afecta al
sistema nervioso, y por tanto perderé habilidades cognitivas, coordinativas y
evidentemente habilidades físicas.
Imaginemos un niño de unos 50 kg, que juega un
Torneo de su categoría y dobla partido en octavos y cuartos.
Algunas veces nos encontramos que lo que ha comido antes de la
competición es:
¿Cuánta energía ha suministrado a su organismo?
Si en el primer partido ha gastado entre 700 y
900 Kcal., ingresa 1200 Kcal., tendrá 300 Kcal., para el partido de la tarde,
evidentemente que tirará de sus reservas energéticas, pero si ese partido es
duro o se va al tercer set, está claro que su rendimiento deportivo se verá
reducido por una falta de energía (es sólo un ejemplo, realmente nuestro
organismo tiene mecanismo de obtención de energía), pero lo que queremos hacer
ver es la importancia de “comer” cuando se compite para evitar bajar nuestro
rendimiento deportivo.
Vemos que tiene un desfase de más de 1000
Kcal, imaginemos que algunas veces no desayunan o se dejan todo en el plato
porque no les gusta lo que hay en el comedor del Club, evidentemente no podrán
rendir, ya sí que su rendimiento se verá disminuido drásticamente. Y eso
acumulado durante varios días de competición, como está claro su rendimiento
fuera y dentro de la pista se verá reducido enormemente, y todo el trabajo
realizado en los meses anteriores a la competición con duros entrenamientos no
habrán servido para nada, debido a algo tan simple como importante, como es
saber alimentarse correctamente independientemente que me guste o no la comida
que hay en el Club. Lo importante “COMER”.
Ellos deben ser conscientes que deben trabajar
esto los días de entrenamiento, que deben tomar pasta, legumbres, ensaladas,
carne y pescado, y mucha fruta. A la vez tomar cereales, lácteos y zumos de
frutas como tentempiés, traer barritas y líquidos a los entrenamientos,
sabiendo que la alimentación es pieza fundamental en el entrenamiento y
rendimiento deportivo.
Nunca puedes
perder un partido antes de comenzar a jugarlo por no nutrirte correctamente.
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