sábado, 18 de julio de 2015

La competición como herramienta formativa



Tomy Arias, director de Tennis You, escribe en esta ocasión sobre “la competición como herramienta formativa”, un aspecto controvertido en el que Arias da su opinión asegurando que “lo importante sería centrarse en la forma de entender y explicar esta competición y las condiciones que encontramos para su desarrollo”. Arias, afirma que la “competición nos enseña unos valores indispensables para el desarrollo deportivo y humano del jugador”


Mucho se habla sobre la competición en el deporte en general y en el tenis en particular. Unos comentan que a ciertas edades no debería existir, otros que se deben cambiar las reglas actuales de competición, otros que favorece una excesiva competitividad y rivalidad entre los participantes y otros que genera unos factores de estrés y ansiedad perjudiciales para jugadores en etapa de formación. Desde mi punto de vista los seres humanos somos animales competitivos por naturaleza. Desde pequeños nos estamos comparando y midiendo a los demás en todo tipo de actividades deportivas y de aprendizaje. Por lo tanto, el debate de competición si o no pienso que es un tema superado debido a que se encuentra inmerso en el propio ADN del ser humano.
Considero que nos deberíamos centrar mas bien en la forma de entender y explicar esta competición y los condicionantes que encontramos para su desarrollo. Pienso que la competición nos enseña unos valores indispensables para el desarrollo deportivo y humano del jugador. Conceptos como la superación de las dificultades, la aceptación del error propio o del acierto del contrario, el manejo de la ansiedad competitiva, el trabajo de la concentración y autoconfianza, la deportividad o el aprender a ganar y perder son regalos que nos brinda la competición deportiva y que nos entrena para aplicarlo a las distintas facetas de nuestra vida. Por lo tanto, deberíamos estar agradecidos a esta competición y no dispuestos a renunciar a ella.
Otro tema son los condicionantes que atribuimos a esta competición: el entenderla solo por el resultado final, considerando la victoria como un éxito y la derrota como un fracaso, el tener que ganar de cualquier manera, la falta de deportividad, la agresividad generada muchas veces por una excesiva presión del entorno, produce en la competición una reacción negativa hacia ella cuando en realidad somos nosotros(entrenadores, padres, jugadores y demás personas involucradas en el deporte) los que hacemos una mala utilización de la competición.
Pienso que la competición es un elemento esencial en el desarrollo deportivo y humano del jugador. Es por lo que el jugador entrena y se supera cada día en los entrenamientos. Es el momento en el que el jugador pone en pista todo lo aprendido y trabajado durante años en una situación real. Por esto debemos darle un enfoque de naturalidad dándole una lectura más amplia que el simple resultado que nos ayude a detectar los aspectos en los que se ha avanzado y aquellos en los que debemos incidir en su entrenamiento y mejora.
Es vital que el entorno que rodea al jugador tenga esa misma visión, de forma que se traslade al jugador mensajes homogéneos para no crear un desconcierto perjudicial que haga que el deportista se desoriente con respecto a los objetivos competitivos. Es esencial centrarnos en metas de rendimiento personal frente a las metas de resultado, es decir, orientarnos hacia aspectos que podamos controlar de manera voluntaria y no hacia conceptos que no forman parte de nuestro control porque esto generará una ansiedad elevada y perjudicial que se manifestará en reacciones descontroladas de ira, enfado y con el tiempo abandono.
Como conclusión decir que si el jugador y el entorno entienden la competición no como un fin en sí mismo sino como un medio para el desarrollo pleno de las capacidades del jugador, habremos entendido el gran beneficio de la competición como herramienta formativa.

Potencia y control en el tenis

Potencia y control en el tenis




Como podíamos ver hace un tiempo en un conocido anuncio de televisión “ La Potencia sin Control no sirve de nada “. Esta frase me ha llevado a escribir este artículo reflexionando sobre estos dos aspectos que algunos consideran opuestos y otros complementarios: Potencia y/o Control. Apoyándome en el slogan del anuncio me surgen algunos interrogantes al observar el tenis actual. Si tenemos claro que la Potencia sin Control no sirve, tal como está el tenis en nuestros días sería válido afirmar esta frase en sentido inverso:
¿El Control sin Potencia sirve o no sirve?

Según mi experiencia en muchas escuelas de tenis se prima excesivamente el control y el éxito inmediato del alumno por encima de todo con tal de que se vaya contento. A veces la profesión del entrenador es ingrata y depende del corto plazo y de los resultados inmediatos mas que de un trabajo con tiempo en el que entrenar y desarrollar plenamente las capacidades del jugador.

Desde mi punto de vista cada nuevo logro en Potencia supone una perdida de Control y un tiempo para recuperarlo y esto en ocasiones genera una frustración artificial pero muchas veces definitiva al no producirse esta nueva asimilación. Creo que la consecuencia de premiar este tipo de entrenamiento basado en el control por encima de todo hace que el jugador desarrolle unos golpes muy limitados técnica y biomecánica mente que condicionarán sin duda la futura progresión del jugador.
Los grandes jugadores que hoy vemos triunfando en los torneos son la consecuencia de una elevada Potencia con un gran Control apoyado en principios tácticos. Desde el comienzo cometieron errores que trabajados y perfeccionados en muchos entrenos a lo largo de los años han dado como resultado esta elevada perfección. Son el producto de aprender a sentir y golpear la bola con los principios técnicos adecuados, con una Potencia correcta para el tenis al que se iban a enfrentar al cabo de unos años y entrenado durante horas para alcanzar ese nivel de eficacia y control 
que les lleve a la excelencia.

Han sido entrenados desde pequeños como iban a necesitar jugar cuando fueran profesionales. Por lo tanto, estas dos variables de Potencia y Control debían estar equilibradas y presentes en cada uno de los entrenos. Es decir, desde las primeras etapas sus entrenadores les han dirigido por la vía adecuada y el paso del tiempo, el entreno y la perseverancia les ha hecho avanzar en esa dirección correcta. Creo que en otros muchos casos se ha optado por la vía del resultado inmediato pero luego se ha visto que no funcionaba y se ha debido cambiar con la consiguiente perdida de tiempo y muchas veces la desorientación del propio jugador.


Como conclusión considero que se debe empezar desde las primeras etapas con una adecuada Potencia aunque el Control se vea resentido en un primer momento. Quizás no sean los campeones del presente pero los prepararemos para llegar a ser los jugadores del futuro.

Trabajar valores antes que resultados entre los más pequeños

Trabajar valores antes que resultados entre los más pequeños

Martín Rocca es responsable de tenis base en el Club de Tenis Tarragona. Ha puesto en el último año algunos proyectos que han tenido mucha repercusión como ‘We Love Mini’, con la idea de mostrar cómo se entrena con los más pequeños a lo largo de todo el mundo, o un viaje solidario a Uganda donde ha trabajado con el tenis como hilo conductor en comunidades desfavorecidas. Rocca escribe en esta columna sobre el papel que juegan los entrenadores en el entreno de valores entre los niños.


Me preguntaba hace unos días mientras miraba un torneo de Benjamines (8-10años) si realmente los entrenadores nos estamos ocupando por trabajar ciertos valores en la formación de pequeños jugadores o si simplemente estamos preocupados por sacar resultados en las competiciones que involucran a los niños de nuestras Escuelas.

Todos sabemos que estamos en un mundillo competitivo en el cual es muy fácil caer en facilismos: Tengo un equipo, juegan los mejores. Fin de la discusión. Es realmente ¿es así cómo debe ser? Sobre todo cuando se trata de pequeños en edades formativas? Doy un ejemplo gráfico: ¿Si en mi equipo tengo un jugador que es bueno pero su conducta es reprochable, una y otra vez comete faltas disciplinarias graves, debo ponerlo en el equipo igualmente? Uno de sus compañeros no es tan bueno pero en cada entreno se deja la vida, es amable y jamas actúa de manera desafortunada. ¿A quien deberia hacer jugar? ¿Qué debo buscar? ¿Formación o Resultado?

Volviendo al torneo de Benjamines, vi mucha camaraderia, mucha inocencia, pero tambien gestos que no deberiamos permitir. Arrojar raquetas, contestar mal a un entrenador, pasar las pelotas al rival de mala
manera; estas cosas no debemos dejarlas pasar. Muchas veces se escucha la frase: Si, este chico tiene mal carácter, se le va la cabeza, etc. Pero esos chicos son infaltables en los torneos, están siempre presentes en las competiciones por equipos lo cual personalmente me deja un sabor amargo.


No soy partidario de castigar a un chico, pero un llamado de atención, el no convocarlo a jugar con sus compañeros y una charla explicándole los motivos por los cuales no se cuenta con él en ese momento, quizás sean más efectivos que hacerlo jugar y dejar que su inconducta marque el camino de la competición. Valores, desde lo mas simple, como entrar a una pista y saludar al entrenador, como tomar cada sesión de entreno con la seriedad que merece, saber como hablar con un rival si hay alguna duda en un lance del partido. Muchas cosas, pequeñas quizás, pero acumulativas, significativas, que ayudan a formar un jugador al que podamos enseñar y disfrutar en lugar de soportarlo y rogar al cielo que no haga una escena trágica en su próximo partido.

Valores que hay que inculcar a un hijo con proyección.

Valores que hay que inculcar a un hijo con proyección

Guillermo López Calero es persona muy vinculada al deporte tanto por su labor en el Club de Tenis Pozoblanco, donde es una de las piezas claves en la organización de uno de los Futures con más tradición de cuantos se disputan en España, como en su faceta como padre. Sus tres hijos practican deporte con asiduidad y uno de ellos, Alejandro (que aparece en la foto de este artículo de opinión junto a un amigo en un ‘impas’ durante un torneo), es uno de los jugadores de la provincia de Córdoba con más proyección. Guillermo reflexiona en este artículo sobre la responsabilidad que tienen los padres a la hora de inculcar valores a sus hijos cuando practican una disciplina deportiva. Unos valores que no deben ser distintos a los que deben regir nuestro día a día.

En uno de los últimos torneos que jugó mi hijo, le comenté al árbitro que lo penalizara si en los siguientes partidos seguía con una actitud y vocabulario no adecuado.Es difícil dar este paso pero es lo primero si queremos que crezcan. Por la noche comentamos el partido y las situaciones. Le dije que había hablado con el árbitro del torneo las situaciones y que había que rectificarlas y trabajarlas. Y no solamente para este torneo, sino también para los siguientes y la vida diaria. Esos no son los valores que quiero transmitirle y que tiene que poner en práctica para ir creciendo y formándose como persona y jugador.

Los valores que le transmito son educación, respeto, compañerismo, deportividad, superación, trabajo, esfuerzo, aprender a ganar y a perder, saber competir, honestidad. Hay más. Entre todos podemos formar una gran lista y trabajarla. A mis tres hijos les transmito estos valores. Uno juega al baloncesto y los otros dos juegan al tenis. La educación y el rendimiento están antes que el resultado. Los valores nos llevan a crecer.Y no hay que tener solamente valores en jugadores con proyección, sino en todos los Hay que tener los mismos valores, formas y educación dentro de la pista como fuera de ella. Hay que ser la misma persona dentro o fuera, aunque se tenga mucha presión o se tengan diferentes situaciones comprometidas en un partido o entrenamiento. En la vida diaria también tenemos situaciones difíciles.

El controlar las situaciones y divertirse es uno de los objetivos.Cuando mi hijo va a entrar en la pista, le comento: Disfruta, haz lo que sabes hacer y que practicas en los entrenamientos y ten una buena actitud, trabaja punto a punto, supérate, utiliza el coco. Entre todos estamos formando a personas (padres, entrenadores, árbitros, directores, …). Cada uno con su rol.
Los valores que hay que transmitir y educar no son diferentes a los que enseñamos en la vida diaria a nuestros hijos.Lo mismo sucede con la educación y valores en casa y en la escuela. Todo es un complemento. Y si trabajamos todos juntos, lo conseguimos.

         EDUCACIÓN: Proceso de facilitar el aprendizaje. Conocimientos, habilidades, valores, creencias y hábitos de las personas. Ser educado, dar las gracias cuando pedimos una bola a la pista de al lado, disculparte por una bola que da en la red y pasa al campo contrario. Al igual que los educamos para la vida, también hay que educarlos en el tenis.
         RESPETO: Respetar las normas, respetar a las personas, respetarse a sí mismo. Ser respetuoso con el entorno.
         COMPAÑERISMO: Armonía y buena correspondencia entre los compañeros. Compartir, divertirse, ayudarse. Ese momento de jugar y disfrutar con los rivales en pista pero que son amigos fuera de ella. Vivencias.“Estoy deseando de llegar al torneo para jugar con mis amigos”. Algunos amigos le preguntan cuándo va a ir a su ciudad a jugar un torneo para quedar.
         DEPORTIVIDAD: En la práctica del deporte hay que tener deportividad, ser legal, tener buenas formas, disfrutar. Ser honesto. Aplaudir un buen punto del rival. Felicitarlo.
         SUPERACIÓN: Superar obstáculos o dificultades. Superarse en los entrenos, superarse en los partidos, esforzarse. Levantar un partido. Levantar una circunstancia adversa. He caído en el supertibreak. Seguiré trabajando para que en el próximo caiga de mi lado.
         TRABAJO: Es la base para conseguir disfrutar y aprender. Tanto en el tenis como en los estudios. Puedes ser un buen estudiante y un buen jugador, pero trabajando tendrás un plus y estarás preparado para nuevos retos.
         ESFUERZO: Un trabajo con esfuerzo y sacrificio, tendrá un buen rendimiento. El rendimiento es más positivo que los resultados. Al final con un buen rendimiento llegarán los resultados.
         APRENDER A GANAR Y PERDER: Muchas veces se aprende más con una derrota que con una victoria. No nos podemos acostumbrar a ganar. Si se ha perdido, que estés convencido de que lo has dado todo. Darle la enhorabuena al rival. En la derrota se puede ver una oportunidad para seguir creciendo. Trabajar para mejorar.
         SABER COMPETIR: Mirar la competición como positiva, como una herramienta para formarse, no solamente en ganar. Saber competir es saber disputar el partido, entregarse, trabajarlo,
         HONESTIDAD: Ser justo. Ser caballero. Una bola que ha entrado, ha entrado. Márcala si no ha Todos estos valores están unidos. Los valores nos proporcionan la confianza que necesitamos para acometer los retos, superarnos.

Como padre intento inculcarle los mejores valores para formar una persona, que se divierta con lo que hace. Pero para poder inculcárselos y ver qué realmente se pueden cumplir, tengo que ser la imagen también. No vale solamente transmitirle esos valores si luego yo no los hago.Intento aprender del resto de padres y de todo lo que rodea el tenis en entrenamientos y sobre todo en torneos. Aparte de los valores a los hijos, los padres tenemos que tener unos valores y aprender normas. Todos debemos ir aprendiendo como mejora continua.

El abismo entre la iniciación y la competición


Martín Rocca acaba de debutar como director de tenis del Junior FC de San Cugat. Promotor de varios proyectos solidarios relacionados con el tenis base en África y Asia. Acaba de regresar de un viaje a Camboya y en esta columna de opinión reivindica la espontaneidad, creatividad y el juego como parte del aprendizaje del tenis.

El tenis de competición “mata” la creatividad.
Esta es una visión absolutamente personal.
A mi manera de entender el proceso de enseñanza de un deporte como el Tenis con niños pequeños, los métodos estrictos no sirven. A un chico le puedo enseñar a hacer un movimiento, pero cuando le obligo a realizar un gesto mecanizado a los 5 años le estoy cerrando la puerta a que descubra, experimente, pruebe, se equivoque, rectifique o acierte por su propia cuenta. He pasado los últimos dos años poniendo en práctica una manera de trabajar con niños de 3 años, que a lo largo de estas temporadas continuaron siempre en mi grupo.
En todo momento, durante ese tiempo, ellos hacían sus ejercicios, pasaban circuitos de psicomotricidad, corrían, saltaban, hacían desplazamientos laterales, frenaban, lanzaban bolas con la mano o las golpeaban con la raqueta, pero solo UNA vez por turno. En ningún momento se producía una repetición de golpes, toda acción era única y por eso les reclamaba máxima atención al ejecutarla. Para mi satisfacción los resultados fueron excelentes. En todo momento las clases fueron activas, no se producían largas colas por el simple hecho de que el compañero que tenían enfrente, solo tenía que lanzar o golpear una sola pelota. Por lo tanto no había demoras ni esperas. Pero esto debía tener un grado mayor de complejidad al final. En las Jornadas de Especialización de Tenis ( JET) de Cuenca, tuve la fortuna de coincidir con Jofre Porta, quien me dijo: “Pero a estos chicos les falta algo: el Tenis se trata de intercambiar pelotas sobre la red”. Y de eso se trataba el final de ese proceso de 2 años con niños tan pequeños: Que pudiesen pelotear. Y de qué manera lo lograron!
No puede haber satisfacción más grande para un formador que ver que su trabajo da buenos frutos y que sus alumnos lo disfrutan. ¿Qué prisa puede haber cuando se enseña a un chico de 4,5,6 años a jugar y divertirse aprendiendo? ¿Qué inconveniente hay si un niño usa la mano derecha para golpear una pelota y si se le pide que le pegue del otro lado del cuerpo cambia de mano? Ninguna. Está probando, conociendo sus posibilidades, dejando que su creatividad mande. El problema que veo es que estos mismos chicos, cuando tienen más de 10 años, han alcanzado un buen nivel de juego y se convierten en jugadores de competición, pasan a jugar en otro mundo, la creatividad ya no tiene lugar.
Hay que hacer repeticiones de golpes hasta el cansancio, hay que hacer 20 golpes de Derecha o Revés hacia la Volea del entrenador, hay que tirar 3 pelotas cruzadas y la siguiente paralela y siempre repetir esa fórmula, como si el Tenis fuera siempre jugar contra el mismo rival o las mismas condiciones.
Hoy en día vemos jugar a Gael Monfils, que se atreve a hacer cualquier golpe en una pista y todos lo disfrutamos y nos reímos con sus “locuras”, pero creo que él tendría que ser el modelo que cada niño debiera seguir al jugar. Sin embargo, es el jugador atípico porque hace cosas que ningún entrenador permite “porque hay que buscar más la efectividad que el espectáculo” dirán muchos de ellos. Así estamos, la cara seria de los chicos en un torneo, las lágrimas de algunos cuando pierden un juego estando aun en el 1er. set, los gestos de los padres que si se vieran en un video deberían morirse de vergüenza por las cosas ridículas que llegan a hacer.
Falta alegría. Falta creatividad, espontaneidad y sobran (y mucho) las falsas expectativas, la robotización y el concepto de fábrica de jugadores.

Por favor, no nos olvidemos que al Tenis se aprende JUGANDO.